Fecha de publicación: 31 de agosto de 2022
Fuente: Siegener Zeitung
En el mundo acelerado de hoy, donde el salto de trabajo se ha convertido en la norma, quedarse con la misma compañía durante 50 años es nada menos que legendario. Sin embargo, Hartwig Scheld de Zenith ha escrito una conmovedora historia profesional de dedicación que abarca medio siglo.
El 1 de agosto de 2022, este veterano de 64 años celebró su aniversario de trabajo de oro. Colegas y viejos amigos de cerca y de lejos se reunieron en la base de la compañía en Neunkirchen para conmemorar su viaje profesional. Para Scheld, Zenith, una compañía especializada en la fabricación de máquinas de bloques de concreto, no solo ha sido su lugar de trabajo, sino una parte integral de su vida.
En 1972, solo 14 años, Scheld dejó su ciudad natal de Niederdresselndorf y comenzó su aprendizaje en Zenith. En ese momento, los jóvenes aprendices eran comunes. Werner Weiherer, el entonces jefe de entrenamiento, recuerda: "Los jóvenes aprendices aprenden más fácilmente y están más dispuestos a comprometerse". Durante su carrera docente de 37 años, entrenó a alrededor de 350 jóvenes.
Mirando hacia atrás en su aprendizaje, Scheld reflexiona emocionalmente: "Ese período tuvo un profundo impacto en mí, no solo aprendí habilidades, sino lecciones de vida también. El profesionalismo y el carácter fueron desarrollados de la mano". Él enfatiza que muchas de las ideas de su carrera y los valores de la vida se basaron en esos primeros años.
En los últimos 50 años, Scheld ha sido testigo de los altibajos de Zenith, desde órdenes desbordantes hasta escasa demanda, desde operaciones estables hasta la crisis de bancarrota de 2004. Sin embargo, el hombre de la familia de Daaden nunca vaciló. "Nunca pensé en cambiar de trabajo. Zenith es donde pertenezco", dice.
Zenith, una de las únicas siete compañías en Alemania se centró en una gran maquinaria de producción de bloques de concreto, fue la combinación perfecta para Scheld, que tenía una pasión por la tecnología fluida. Después de dominar su oficio, se especializó en hidráulica, luego se convirtió en líder del equipo y supervisor de taller. En 2004, gracias a su extensa experiencia del cliente y su profunda comprensión del equipo, fue nombrado jefe de servicio al cliente global, liderando un equipo de ocho ingenieros de campo.
Uno de los aspectos más destacados de su carrera fue un viaje de negocios a Quanzhou, China, hace unos años, después de que Zenith había sido adquirido por la compañía china QGM (Machinery Quangong). Durante la visita, QGM mostró sus operaciones modernas al equipo alemán. Scheld recuerda con orgullo: "Incluso después de la reestructuración, nuestro equipo todavía está hecho al 100% en Alemania". Naturalmente, para mejorar la eficiencia, algunos componentes se subcontrataron a proveedores externos.
La bancarrota en 2004 fue, sin duda, el momento más difícil en la carrera de Scheld: los despidos, los recortes salariales y la ansiedad eran comunes. "Si la compañía hubiera sido tomada por un comprador hostil, eso habría sido desastroso para mí", recuerda. Afortunadamente, con el apoyo de QGM, la compañía fue revitalizada. Hoy, la planta de Neunkirchen de Zenith emplea a más de 80 personas, un fuerte rebote desde el punto más bajo de solo 42 empleados.
Scheld sigue siendo apasionado por su trabajo, pero su retiro se acerca. Se espera que renuncie en 14 meses. Ya se ha seleccionado un sucesor, y la compañía planea reiniciar su programa de aprendizaje el próximo año, ofreciendo nuevas oportunidades para la próxima generación.
Quizás, un día, un joven dedicará su vida a Zenith tal como lo hizo Hartwig Scheld. Y él no está solo. Su colega Hubert Motschnig celebró su propio aniversario de 50 años en Zenith el año pasado, mientras que otro empleado de larga data con 46 años de servicio también está cerca de un merecido reconocimiento.
